La terapia psicoanalítica con adolescentes orientada por el psicoanálisis
La adolescencia es, en palabras de Freud, el inventor del psicoanálisis, una de las experiencias más dolorosas que debe realizar un ser humano en su vida. En esta etapa de la vida algo tiene que morir para dar lugar a algo nuevo. Hay que hacer un duelo por aquel que uno era para los padres en la infancia y una nueva identidad tiene que surgir. La psicoterapia con adolescentes orientada por el psicoanálisis muestra que el ser humano necesita siempre apropiarse simbólicamente de los procesos que ocurren en su organismo para poder manejarse con su cuerpo, sus pensamientos y sus relaciones con los otros. En ese proceso a menudo aparecen la angustia o los síntomas.
La pubertad es un proceso biológico. La adolescencia es otra cosa, tiene que ver con procesos de subjetivación y socialización de ese hecho biológico que es la pubertad. La adolescencia como concepto no existe hasta el siglo XIX. Antes se pasaba de ser niño a ser un joven adulto. Y en las sociedades antiguas ciertos ritos de pasaje sancionaban simbólicamente este pasaje con una especie de metáfora que implicaba pérdida, muerte y renacimiento. Hoy, la carencia de ritos que marquen este pasaje es una dificultad añadida. Los adolescentes se ven obligados a inventar sus propios ritos y marcas de transición.
La sexualidad que emerge y que no puede ser satisfecha en el seno de la familia, es el motor de la separación de los padres. La adolescencia es el tiempo de encontrar un nuevo anudamiento entre el manejo del propio cuerpo y sus impulsos, la imagen y los ideales que sostienen la propia vida: en qué quiere uno emplearla y qué tipo de hombre o mujer se va a ser.
El apoyo psicológico para los adolescentes desde la orientación psicoanalítica puede ayudar a enfrentar las dificultades para producir este nuevo anudamiento.
La dificultad de la adolescencia
El proceso de construir una identidad propia da lugar a una serie de convulsiones subjetivas e impasses entre querer ser independientes y a la vez añorar la seguridad que da la dependencia infantil. Es una época de grandes reajustes subjetivos, donde los padres van dejando de ser la referencia inevitable. Las figuras de referencia van a ser sus amigos y compañeros, y otras figuras fuera de la familia. Los padres tienen que saber perder ese lugar que antes ocupaban para el hijo cuando este era un niño, lo cual no siempre es sencillo.
Los adolescentes actuales han crecido en un mundo donde la estructura de la familia ha sufrido mutaciones inimaginables hace unas décadas. La velocidad inédita de los cambios científicos y la inmediatez característica del desarrollo tecnológico contemporáneo ha producido sus efectos en los síntomas que presentan los adolescentes de hoy. Nativos digitales todos ellos, el mundo virtual forma parte de su vida y sus vínculos de una forma que es importante que nos esforcemos por elucidar más que por condenar.
Ciertos fenómenos ligados a la violencia adolescente, como el bullying, y a la sexualidad como el uso de pornografía o el ciberacoso entre adolescentes, nos confrontan a cuestiones que siempre han existido pero que tienen un impacto particular en el modo en que se manifiestan hoy los conflictos propios de esta etapa vital.
La identidad sexual adolescente
“Soy bisexual, no binario, pansexual, demisexual…” se escucha decir con cada vez más frecuencia a los adolescentes. Si bien la confusión en torno al sexo es parte inseparable de esta época de transición, lo cierto es que las coordenadas sociales actuales con su amplitud inédita de posibilidades favorecen la expresión de esta confusión y hacen que los jóvenes a menudo necesiten la brújula que puede constituir la escucha analítica para orientarse en cuanto a su deseo como seres sexuados.
El psicoanalista Alexandre Stevens que dice que la adolescencia se presenta para el adolescente como “la edad de todos los posibles”, cuando en realidad la adolescencia se trata del encuentro con un imposible: la ausencia de un saber o respuesta preestablecida a la cuestión de la sexualidad. El ser humano carece del instinto de los animales y por eso no sabe cómo comportarse en lo referente al sexo. Detrás de un adolescente deprimido o violento, de una joven anoréxica o bulímica a menudo lo que hay es una dificultad para enfrentar el manejo de su sexualidad, pero hace falta una escucha específica para localizar esto y encontrar una buena salida. Esta escucha es la que ofrece la terapia psicológica con adolescentes desde la orientación del psicoanálisis.
Adolescentes rebeldes
La rebeldía adolescente siempre ha tenido su lugar, pero en otros tiempos era un deseo de rebelión contra la autoridad encarnada en el padre, una rebeldía orientada. En el movimiento de separarse de la familia el joven podía encontrar figuras sustitutas porque la cultura ofrecía identificaciones simbólicas fuertes como lo eran los grandes ideales políticos o las figuras que encarnaban el saber. Hoy la autoridad a nivel social ha caído como referencia y para la mayoría de los adolescentes, el saber lo ostenta Google, denotando una confusión entre el saber encarnado en una figura real y la información anónima, que no orienta demasiado. Para colmo, el ideal de ser un adulto hoy se ha tornado en el ideal social de ser eternamente joven. ¿Cómo encontrar la salida de la adolescencia entonces?
En las sociedades actuales se da una prolongación de la adolescencia: la edad de trabajar, dejar el hogar familiar y formar una familia es cada vez más mas tardía. Es innegable la incidencia de factores socioeconómicos, pero constatamos también que ciertas dificultades en la características de la subjetividad de esta época complican el tránsito a la adultez.
No se trata de ser nostálgicos de un ayer que no era ninguna garantía de felicidad, sino de comprender que el adolescente de hoy a menudo se rebela sin orientación y termina esclavo de sus propias pulsiones.. En el paso de un sistema patriarcal a un mundo “líquido” sin puntos de referencia sólidos, ¿cómo se orientan los adolescentes? ¿En qué se apoyan para efectuar la separación de los padres? Los síntomas de las adolescencias actuales son también síntomas de la época, nos presentifican sus impasses, sus embrollos.
Los síntomas adolescentes
La adolescencia es un momento de crisis porque las identificaciones que sostenían al joven en la infancia vacilan o caen y por momentos las pulsiones ocupan la escena, produciéndose pasajes al acto (violencia, pequeños delitos, conductas de riesgo…).
Los síntomas de los adolescentes de hoy son síntomas nuevos, bastante diferentes a los de hace unas décadas (cortes en el cuerpo, fobias sociales y escolares, adicciones varias, trastornos de la alimentación, bulliyng…). El adolescente tiene que encontrar un modo de poner un límite al malestar difuso que por momentos puede invadir su cuerpo y esto se manifiesta en forma de síntomas como aislamiento social o prácticas sobre el cuerpo que resultan muy alarmantes, como autolesiones, atracones o ayuno radical, toxicomanías, alcoholismo, violencia etc .
Es muy importante tener en cuenta que estos síntomas son ya en si mismos un modo de defenderse de un malestar que invade al adolescente, por lo que antes de aplicarse a eliminar la conducta problemática tenemos que saber qué malestar estaba tratando con esas prácticas y encontrar un modo alternativo de tratarlo que sea más conveniente, de lo contrario podemos causar más daño que bien.
En el ser humano siempre hay algo que no es reductible a la razón. En otras palabras, no siempre hacemos lo que nos conviene. Hay una posición ética en respetar esto y no confundir educación con domesticación y adiestramiento. Desde el psicoanálisis nos orientamos en buscar la forma singular de tratar eso que va más allá de los razonamientos que hay en cada uno, de manera que empuje a la persona hacia la vida y no hacia la mortificación. Tratar lo que a uno le hace daño y hacer que quede reducido a un pequeño grano de locura que vivifica la existencia y nos diferencia es el trabajo de un psicoanálisis.
Cómo ayuda la terapia psicoanalítica para adolescentes a tratar sus síntomas
El psicoanálisis puede ser de gran ayuda en esta fase tan delicada de la vida. En una terapia con adolescentes orientada por el psicoanálisis, él joven puede poner palabras a su malestar, descubrir sus propios recursos e inventar una forma de habitar el mundo, de ser uno entre otros respetando su singularidad más propia.
Sabemos cuándo se entra en la adolescencia, pero ¿cuándo y cómo se sale de ella? Desde una lectura psicoanalítica podemos pensar que el tránsito de la adolescencia puede darse por concluido como momento lógico (no cronológico) cuando el joven ha podido construirse algo que le da una estabilidad en la vida, encontrar una forma de nombrarse, una profesión, un ideal, un compañero o compañera, una misión en el mundo, vislumbrar un futuro posible para sí . En definitiva, se trata de que encuentre un lugar firme desde el que mirarse y verse “amable” para los demás y para sí mismo.
Cuando un adolescente encuentra algo que da sentido a su vida es porque conecta con algo de su singularidad. Los adolescentes pasan mucho tiempo sin hacer nada, aparentemente perdiendo el tiempo. Sin embargo esa improductividad a veces esconde todo un trabajo inconsciente en el que el sujeto adolescente busca la manera de que algo de su “rareza”, de la singularidad que lo distingue de los otros, pueda ser reconocida, pueda hacerse un lugar que no sea el de ser “another brick in the wall”, como decía la canción de Pink Floyd.
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BEATRIZ GARCÍA
Psicóloga y Psicoanalista
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